EL ÁRBOL DE NAVIDAD
De nuevo habían llegado aquellas fiestas de navidad donde las luces, la música repetitiva, los ornamentos de las calles hacían que proyectaran el efecto inverso que hacía llegar al resto de la gente. Anne recordaba una conversación con un compañero de trabajo donde debatían el significado de esta obligada ilusión que se debía de tener a finales de diciembre. No llegaban a ningún acuerdo claro, aunque los dos comprendían las circunstancia del otro. Hay ausencias, aunque también siguen habiendo presencias. Y quizás la más importante, la de uno mismo. El último día de trabajo antes de las vacaciones en la oficina; Anne recogió concienzudamente su mesa y preparó todo para su vuelta dentro de unos días. Miró con cariño una postal de navidad donde aparecían unas velas preciosas con una llama muy brillante. Instintivamente sopló sobre la fotografía y dijo en voz alta: “Ojalá pudiera creer en la magia de la navidad”. Llegó a casa y como siempre se puso su pijama preferido, aquel de oso po...