SUCEDIÓ EN UN TREN
"Su voz era como un susurro, hablaba y hablaba sin escatimar en detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo. El abuelo repetía una y otra vez la aventura de aquel viaje en el que una vez en el tren, aquel que había salido de la Estación de Baeza rumbo a Barcelona, la ciudad que habían elegido para escapar de la miseria de aquellas tierras repletas de olivo que no daban para comer a aquellos seis churumbeles que Dios les había mandado. Ya me sabía de memoria la historia aquella que cuando sacaban la cabeza por la ventana se les llenaba la cara de hollin , que se caían las maletas de cartón/madera cada dos por tres, encima de la cabeza. Y que el atillo de cuadros que llevaba mi abuela siempre colgado del brazo iban los cuatro reales que les habían pagado por aquella casa vieja heredada de mi bisabuelo. Aquel viaje, que presagiaba una vida diferente, un futuro mejor, una honda pena de dejar atrás unas raíce