UNA BODA DE COLOR NEGRO.
(Dedicado a mi abuela y a muchas como ella que tuvieron que casarse con hombres que no quisieron, pero que las circunstancias las obligaron a ello. No hace tanto tiempo de todo esto. Conozco a tantas mujeres que tuvieron que hacerlo y en nuestro propio país...) Hoy es el día de mi boda. Para una mujer, uno de los días más felices de su vida. Para mí es un día de triste. No hay más que ver mi cara. Las ojeras ocupan la mitad de mi rostro. Mi vestido: negro. Estoy de luto. Siempre he estado de luto. La verdad es que no recuerdo un solo día de mi vida que ese color no haya ocupado mis vestidos. Mi armario es un gran agujero sin fondo. No me caso en la iglesia principal del pueblo. Eso sería de mal gusto, según mis vecinos. Tampoco me caso a las doce del mediodía. Son poco más de las seis de la mañana, la hora más decente para bodas que no tienen el canon establecido. Mi marido es un hombre que quiere una criada por esposa. Un viudo con cuatro hijos, diez años mayor que yo. Un hombre c...