UN HIJO
Comienza el verano, y con él , la época en la que comienzo a devorar libros. Por azar , el primero que ha caído en mis manos ha sido el de"Un hijo" de Alejandro Palomas. Ha sido el regalo de una compañera de trabajo muy especial, de esas que tienen luz propia.
Aparte del detalle del regalo, ha sido la excusa perfecta, para que vuelva a escribir. Reconozco, que estoy desentrenada. Hace más de un año que no lo hacía, que mi alma se volvió perezosa y tardó en recomponerse.
En el cumpleaños de mi hermano alguien que conozco desde mi infancia me sugirió que debía volver a escribir, y tenía toda la razón del mundo. Gracias, por recordármelo.
Pues bien, este libro, me ha tocado con delicadeza el corazón. Supongo, que este año ha sido muy intenso en emociones, buenas y malas. Una de las mejores, conocer a personas de once años que han sabido enseñarme como siempre lo que significa el amor con mayúsculas. De todos ellos, me quedo con uno, que espero haber plantado una buena semilla en su corazón y florezca como solo él se merece. Me gustaría, dentro de 20 años verlo feliz con una buena familia, porque sé que será un extraordinario padre.
Niños extraordinarios, como el de esta novela. Niños que saben verdades, que saben protegerse, que saben resguardar de los sentimientos más amargos. Niños con sensibilidad extrema, que ponen su pecho de coraza para salvar a los más frágiles.
Es curioso, que ante la multiplicidad de tantas preguntas, ya intuía todas las respuestas. Sabe más el demonio por viejo, que por demonio, eso dicen... Me encanta el papel de las maestras , siempre heroínas, siempre discretas, en un segundo plano, redirigiendo vidas. Luego, se marchan sin decir adiós , porque no procede. Es su misión en la vida.
Este libro vuelve abrir mi blog, vuelve a latir mi corazón, en esta nueva etapa que comienzo, con miedo, con incertidumbres. Ha habido adioses dolorosos, mucho, pero también esperanza, de que aunque el camino realizado ya es más del que queda por andar, siempre quedará una frase que se me quedó grabada para siempre: "No pierdas nunca la ilusión".
Aparte del detalle del regalo, ha sido la excusa perfecta, para que vuelva a escribir. Reconozco, que estoy desentrenada. Hace más de un año que no lo hacía, que mi alma se volvió perezosa y tardó en recomponerse.
En el cumpleaños de mi hermano alguien que conozco desde mi infancia me sugirió que debía volver a escribir, y tenía toda la razón del mundo. Gracias, por recordármelo.
Pues bien, este libro, me ha tocado con delicadeza el corazón. Supongo, que este año ha sido muy intenso en emociones, buenas y malas. Una de las mejores, conocer a personas de once años que han sabido enseñarme como siempre lo que significa el amor con mayúsculas. De todos ellos, me quedo con uno, que espero haber plantado una buena semilla en su corazón y florezca como solo él se merece. Me gustaría, dentro de 20 años verlo feliz con una buena familia, porque sé que será un extraordinario padre.
Niños extraordinarios, como el de esta novela. Niños que saben verdades, que saben protegerse, que saben resguardar de los sentimientos más amargos. Niños con sensibilidad extrema, que ponen su pecho de coraza para salvar a los más frágiles.
Es curioso, que ante la multiplicidad de tantas preguntas, ya intuía todas las respuestas. Sabe más el demonio por viejo, que por demonio, eso dicen... Me encanta el papel de las maestras , siempre heroínas, siempre discretas, en un segundo plano, redirigiendo vidas. Luego, se marchan sin decir adiós , porque no procede. Es su misión en la vida.
Este libro vuelve abrir mi blog, vuelve a latir mi corazón, en esta nueva etapa que comienzo, con miedo, con incertidumbres. Ha habido adioses dolorosos, mucho, pero también esperanza, de que aunque el camino realizado ya es más del que queda por andar, siempre quedará una frase que se me quedó grabada para siempre: "No pierdas nunca la ilusión".
Comentarios
Publicar un comentario