Fanfictions- Historias tardías
MI ENCUENTRO CON EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS
Me llamo Rose Berhard y quería relatar mi experiencia
compartida con un vampiro. Podemos pensar que este personaje de ficción
recreado sobre alguien malvado que existió realmente, solo es parte de la
imaginación de escritores y cineastas que ensalzan la belleza maligna de la
esencia de esa personalidad magnética. Pero
yo puedo asegurar que en este mundo se esconden muchos vampiros detrás
de seres enigmáticos, muchas veces hasta nos pueden parecer abrumadoramente
encantadores, arrolladoramente seductores, y los mejores amantes que jamás
podemos haber llegado a imaginar. Pero, quizás es lo mejor y lo peor que te
pueda pasar en esta vida.
Cuando empiezas a recuperar recuerdos, los mejores de tu existencia, los puedes haber tenido con ellos. Pero
también los peores. Te absorben hasta el espíritu hasta llegar a lo más
profundo de tu médula y es entonces donde surge la tesitura de poner fin a todo
de una manera enérgica, nada dubitativa y sin mirar atrás.
Conocí a Russell en mi juventud. Lo primero que me llamó la
atención fue su sonrisa. Diferente a cualquiera que pudiera haber visto con
anterioridad. Fui una presa fácil para él. Mi inocencia era obvia. Me delataba
el rubor de mis mejillas y mi tartamudeo
al hablar con él. No me comportaba como yo era en realidad, pareciendo alguien
mucho más frágil de lo que en realidad era.
Russell buscaba en mí lo que a él le faltaba, lo que le daba
la juventud eterna. Sentirse totalmente adorado y deseado. Es lo que buscan
todos los vampiros; presas fáciles para poder desterrarlas pronto de su vida,
absorberles la última gota de su sangre para dejar sin fuerzas a su pobre
víctima. Cuando pasa eso, no dudan en abordar a
otra alma blanca para poder así saciar su ansia de liderazgo.
Reconozco que perdí mi personalidad absolutamente. Pisé
escenarios profanos, asquerosamente insultantes. Mis acciones eran más propias
de una vulgar ramera que las de una
amorosa amante. Pero reconozco que todo lo hice a conciencia porque yo bebí de
la sangre que emanó de su herida, la que se hizo al lado del corazón. Mi boca
se llenó de su viscosidad, de ese fluido negro que emanaba su muerto latido. Mi
frente quedó marcada por un estigma que quemaba mi piel como brasas y que se
quedó marcada con pocos resquicios de poderse borrar.
Pero, afortunadamente en esta vida hay personas que pese a
su fragilidad pueden ver algo de claridad entre bruma y bruma. Coger una espada
y cortar la cabeza a esa relación vampirizada. Un punto de inflexión cambió mi
vida. Algo que en mi pecho salió y que marcó la diferencia existente entre la
vida y la muerte. Y el amor nunca puede ser muerte. El amor es fuente de vida,
de pasión solemne, no fingida. De palabras suaves y no malgastadas por el
tiempo. De acciones verdaderas, de voluntades firmes y contundentes.
Mu buena historia.
ResponderEliminarMe ha gustado el relato y me ha gustado la breve disertado de ese ser tan aterrorizador pero tan atrayente, como es el vampiro. Supongo que ella luego se conviertiría en una reina vampiro... a mi me gustaría verla así.
ResponderEliminarUn beso.
Un relato muy cautivador entre vampiro y un mortal. Supongo que ella sufrirá una transformación arrolladora. =) ¡Que viva el amor en todas sus circunstancias!
ResponderEliminarEstoy de cuerdo contigo, de que detrás de seres enigmáticos se esconden seres carismáticos, encantadores, irresistibles, y con una belleza arrebatadora como también escalofriante. Me gusto tu narración, me engancho desde la A hasta la Z.
Besos
Contundente relato. Reivindico las palabras finales...el amor nunca puede ser muerte.
ResponderEliminar=)
Da miedo ese vampiro, y si se junta alguien con él, seguro que se vuelve igual, así que mejor no juntarse con ella.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buen relato. La historia, muy dentro de ese ambiente oscuro y temible, pero también atrayente y seductor, que al parecer, la presencia de un vampiro, puede hacer propicio. Me inquieta, sobre todo, pensar que seres de los que ni sospechamos, pueden llegar a ser ese imán, al que podemos quedar ligadas sin mucha posibilidad de salvación.
ResponderEliminarUn gusto volver a leerte!
Besos!
Gaby*
Muy bien abordado el tema de los vampiros, su seducción y la verdadera esencia del amor, que fue lo que en definitiva ayudó a la protagonista a no rendirse bajo el influjo del Príncipe de las Tinieblas.
ResponderEliminarUn beso!
Qué final tan inquietante...qué sucederá con ella?Me ha gustado mucho como has recreado la relación con el vampiro. Cuando era pequeña me daba mucho miedo de Dracula, pero ahora con los vampiros tan atractivos que se ven en las series de televisión...ya no tengo tanto miedo, incluso me gustaría encontrarme con alguno...
ResponderEliminarHay parejas que, sin ser ni príncipes ni tenebrosos, te dejan desposeída/o de tu forma de ser, para amoldarte a ellos y así tenerte bajo su dominio, sin que te des ni cuenta. Uno así conocí yo, tal vez para mi fortuna, así no me pasó más.
ResponderEliminarUn abrazo, maribel. te dejo el cafelito.