UNAS VACACIONES IMAGINARIAS.
Mi historia la sitúo en
la costa irlandesa. Me he inspirado en el libro de Cecilia Ahern “Dónde termina
el arco iris”.
Siempre había percibido
que en mi otra vida yo pertenecía a estas tierras atlánticas. Dingle es el
pueblo elegido para mis vacaciones. Es un pueblo situado en el suroeste de la República
Irlandesa , en una bahía natural bajo la montaña. Sus atardeceres son plácidos
y a mis setenta años recién cumplidos es una delicia para los sentidos, esos
que pienso que se van difuminando como los sueños que creamos en la vida.
La soledad es única, si
es elegida. Yo no tuve otra opción como precio a mi libertad. Me asfixian los
preceptos antinaturales, las lealtades obligadas, los sentimientos forzados.
Por eso, me encuentro aquí, siendo fiel
a mí misma. Y a escuchar el sonido del eco de mi corazón.
Encontré el amor
verdadero en mi juventud, o al menos , eso es lo que creo ahora. Pero mi ansia
de libertad y conocer nuevas sensaciones hizo que se me perdiera por el camino,
sin darme apenas cuenta, sin mirar atrás, con la energía que solo los veinte
años te pueden dar.
Poco a poco, los
convencionalismos sociales me hicieron sentar la cabeza, aquella loca que yo
tenía, y por fin, mis padres descansaron
de mi vida díscola y poco centrada. Aunque todo esto me trajo a lo mejor que me
ha pasado en la vida: a Pablo , mi hijo adorado.
Recuerdo con claridad, mi
encuentro furtivo con aquel amor de mi juventud en la década de mis cuarenta
años. Fue realmente perfecto, como fuegos artificiales que despidieron mi
juventud ya perdida. Una estación de tren, una rosa, un beso. Solo duró un
suspiro. Una mirada de... quizás nos volvamos a ver algún día. Gracias por
haber existido.
Los años han pasado y he
tenido pérdidas insustituibles. Mi resiliencia se ha forjado de acero. Mis
ganas de vivir son más auténticas que nunca. Mi fortaleza increíblemente
también. Ya no soy aquella muñeca frágil que se rompía pegando trozos de los
demás.
Ahora , cuando también
presiento que el ocaso de mi vida se acerca, espero tranquila en estas costas .
Quizás el final deba ser aquí, de donde procede mi alma. A lo lejos, veo a
alguien... Por un momento una lágrima resbala por mi rostro. Hace tiempo que no
lloro... Es verdad... Soy como el
viento.
Podéis leer más historias en este blog:
¿Sabes? Tod@s tenemos un lugar donde nos reencontramos con nosotr@s mis@s. Para mí hay dos lugares: Un lugar en la Edad Media y otro en tierras morunas...
ResponderEliminarY sí, te encuentras irremediablemente, porque es ahí donde está tu alma... donde está también esa otra alma que viaja contigo a través del tiempo.
Besos.
Me encantan siempre los comentarios que haces. Creo que tenemos una forma muy similar de percibir la vida. Gracias
EliminarMuchas gracias a ti :-)
EliminarMe ha encantado este relato de atardecer, y de sentimientos. Un relato precioso.
ResponderEliminarMuchos besos y muchas gracias por participar
Qué emoción leerte... y sí, cada un@ de nosotr@s sabe dónde pertenece la propia alma, y si tenemos suerte, terminaremos nuestros días allí...
ResponderEliminarMe gustó muchísimo... te felicito. Un beso.
Un gran relato lleno de sentimientos. Las almas volverán a encontrarse.
ResponderEliminarUn abrazo
Nos has sumergido con encanto en ese mundo en el que la evocación romántica inspira el corazón del personaje que busca que su ocaso se reencuentre con aquel sentimiento que alguna vez la conmovió.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un bonito lugar para reflexionar y encontarse a uno mismo y el relato que narra toda una vida.
ResponderEliminarUn saludo .
Parece un bonito lugar para reflexionar y recordar el pasado.
ResponderEliminarEl lugar que has elegido me ha encantado creo que ayuda a hacer una retrospectiva en soledad de nuestra vida.Todos tenemos nuestras preferencias, pero no sé porqué me parece que este se presta a ello de una forma generalizada.
ResponderEliminarUn lugar donde escapar... yo tengo el mío... creo que todos tenemos el nuestro, un lugar que al pensarlo nos da el respiro que necesitamos, un lugar que tenga el nombre que tenga nosotros lo llamamos vida y libertad... me ha gustado mucho la historia de tu protagonista...
ResponderEliminarBesines...
Creo que todos tenemos un lugar soñado o vivido donde nos sentimos bien que nos hace ser felices. Ese ver venir a alguien que narras al final de tu historia tal vez sea un bello epílogo para la historia de tu protagonista. ¿No te parece?. Me ha enganchado tu historia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La libertad tiene un precio y este a veces es la soledad, pero tener un lugar asi para escapar y recogerte a de ser algo especial. Un relato muy bello.
ResponderEliminarLa libertad tiene un precio y este a veces es la soledad, pero tener un lugar asi para escapar y recogerte a de ser algo especial. Un relato muy bello.
ResponderEliminarLa libertad tiene un precio y este a veces es la soledad, pero tener un lugar asi para escapar y recogerte a de ser algo especial. Un relato muy bello.
ResponderEliminarPrecioso!!!
ResponderEliminarMe encanta la protagonista y todos los detalles sobre su forma de ser y pensar que has escrito. Me encanta el lugar que has escogido, un lugar para soñarlo.
Muchos besos
Tengo simpatía por esa cabezas locas que van por lo que desean, el amor, su libertad...
ResponderEliminarSaludos.
Es una fortuna encontrar ese lugar donde uno siempre quizo estar, donde presentía que debía estar o simplemente donde sea feliz.
ResponderEliminarNo hay mejor sitio para la despedida.
Un saludo.